Echo en falta ver la tele en la cama hasta quedarme dormido, al poder ser con una buena peli. También un "coffeeandfags" alargado toda la tarde en El Colgado Feliz o en Ítaca. Echo de menos dormir la siesta en la arena de la playa y que te despierte el molesto, pero a la vez placentero, cosquilleo de la arena en las orejas movida por la brisa. También el olor de tierra húmeda a primera hora de la mañana o a última de la tarde mientras miro lo que hace la gente a través de la ventana. Añoro, de un año para otro, los manojos de lavanda que se secan en el porche y el intenso olor que hay cuando no se mueve el aire. También el olor a magnolia cuando mi abuelo sube de la huerta y ha cortado un manojo para mi madre. Echo en falta dormir en un coche - o no- hasta que el sol te molesta tras una noche llena de momentos bestias.

Sólo una semana más, sólo una semana más, sólo una semana más. E, ipso factamente, llegarán el MTV winter y Granada. Odio los exámenes de febrero.