domingo, 13 de diciembre de 2009

Estaba yo en una parada de autobús. Un autobús descargó los pasajeros que decidieron bajarse en esa parada. Llegó un hombre, cuarentón, de voz ronca y aspecto desaliñado, que descendió el último. Yo estaba en frente de él y me saludó con un: "Buenas tardes señor". Yo le devolví el saludo y, aún habiendo sitio para sentarse en la parada, decidió esperar su autobús de pie.
A los 5 minutos sin decir ni mu me dijo
- Mi hermano es el conductor de autobús.
- Ahm-respondí yo.
-¿Fuma?- me preguntó.
-No, gracias.
-Fumar es malo, ¿sabe?
-Lo sé.
-¿Le gusta leer?-me preguntó.
-Sí, pero tengo gustos no muy populares.
-Yo fui policia, bueno no, profesor en el Infante.
-Ahm
-¿Se ha leido usted el libro de Cervantes?
-¿Cuál?-pregunté, aún sin haber leido nada de Cervantes. Aunque ahora recuerdo que le leí el de Novelas ejemplares para un examen del instituto.
-"El Quijote y Sancho don hidalgos de la Mancha"
En ese momento me guardé la risa y seguí en la conversación.
-No
-¿No?-preguntó extrañado.-Yo me he leido el uno, el dos, el tres y el cuatro.
Volví a guardame la risa.
Llegados a este punto me apercaté que el hombre, muy normal no era. Además resplandecían vapores de alcohol a su alrededor.
En ese momento el hombre empezó un monólogo que iba encaminado a un soliloquio. Repetía una y otra vez la palabra hidalgo y Dulcinea. Yo ya empezaba a abandonar la conversación, cuando, de golpe dijo esta frase: "Don Quijote tenía una mente lúcida".
Después cambió de tema.
-¿Eres de Murcia?-preguntó-No, no hable, le voy a decir por el acento de donde es...¡Eres de Castilla y León o de Madrid!
-No, lo siento, se equivoca.
-¿Cuál autobús espera?
-22-contesté.
-Yo el 31, busco un autobús que me deje en el Jesus
-¿Jesus?-pregunté
-¿Sabe usted quien es Jesus?
-Sí, Jesus, padre nuestro, Jesus Nazareno.
-Usted no es de aquí, me está tomando el pelo.- contextó como si estuviera enfadado.
-Lo siento señor, soy ateo.
-¿Ateo?-preguntó más enfadado.
-Sí.-en este momento empezó a darme miedo, parecía un loco borracho y drogado posiblemente con otros psicotrópicos.
-Dios es todo.-Afirmó.
-Lo siento pero no tengo el don de la fe. Necesito ver y juzgar.
-¿Por qué?
-Porque no tengo fe.
-¿Sabe usted donde está Jesus?-volvió a preguntarme.
-Le he dicho que no soy católico.
-Joder, Jesus no, el camposanto de Murcia.
-Ahm- respondó sobre saltado-Sí, pero queda lejos de aqui.
-Lo sé, por eso voy a coger el autobús ¿El 22 me dejará cerca del cementerio si le digo que me pare en la carretera?
-No sé, hablelo con el conductor, le dije.
-¿Sabe qué?
-¿Qué?
-He estado todo este tiempo en Barcelona, comiendome el tarro. Tengo 7 hermanos y no me hablo nada más que con 3. He llegado a Murcia porque he suponido que mis padres han muerto. No me cogen el teléfono. Voy a buscar su capilla. No quiero que nadie de mi familia sepa que estoy aquí.
Y yo, pensaba: "¡pero qué disparate!¡pobre hombre!¡está loco!
-Bueno señor mi autobús llega-le respondí.-Hasta pronto.
-Creo que se me va a hacer de noche. Los muertos no se mueven, los veeré mañana. No me dejarán entrar.
-Suerte señor.
-¿Su autobús va al Jesús?-volvió a preguntar-¿es el 31?
-No es el 22 y no va al cementerio.
-Ahm-contestó

Pues esto es grosso modo lo que me pasó mientras esperaba el bus ayer. Ahora me preguntó que qué será de ese señor.

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